Su debut como director en los Estados Unidos, “After School” (2014), le valió los premios a Mejor Director y Mejor Película, en el Encuentro Mundial de Cine. El impacto de Carlos en la cinematografía de género continuó con “Histeria” (2016), su segundo largometraje, galardonado a Mejor Director en el Festival Internacional de Cine de Horror Macabro y ganando el premio a Mejor Película en el Sydney Indie Film Festival.

Participó en el largometraje de antología, “México bárbaro II” (2017), dirigiendo el segmento “Ya es hora”. Su destreza creativa ha quedado plasmada en 10 cortometrajes, presentados en numerosos festivales alrededor del mundo.

Carlos ha dejado su huella en la televisión trabajando para cadenas reconocidas como Sony, Discovery Channel y CNN. Ha sido el director detrás de series como “El desconocido” (2019) y “Mi encuentro con el mal” (2022), ambas disponibles en Netflix a nivel internacional. En el ámbito documental ha liderado proyectos como “33%: Historias impensables de la corrupción” (2021) y “El que no transa… Dichos, refranes y otras historias de corrupción en México” (2023), evidenciando su compromiso con narrar historias que aborden temáticas sociales complejas.

No sólo un director talentoso, sino también un guionista versátil, ha contribuido significativamente en cuartos de escritores para películas de terror, como “Animales humanos” (2020), “Juega conmigo” (2021) y “El amarre” (2021) para Lemon Studios. Su cocreación de la serie #VIRAL y su participación como story editor para una serie de la productora Fabula demuestran su capacidad para trabajar en equipo. Carlos Meléndez continúa su expansión creativa, buscando contar historias cautivadoras, tan extrañas como divertidas, llevando al espectador a lugares insólitos, a través de diversos medios.

Influenciado por la televisión y la vanguardia de la generación MTV, Carlos encontró su refugio en el cine de género y la animación japonesa, descubriendo una extraña fascinación por cómo lo fantástico coexiste con lo cotidiano. Desde entonces, ha entremezclado lo irreverente con lo macabro, lo absurdo con lo grotesco, para hablar de una realidad que parece más una película de terror.